El 2 de mayo de 1860 se produjo la fundación del Club Alemán de Puerto Montt con la asistencia de cincuenta y un personas, entre las que se encontraban los señores:
Eduard Prochelle, Hugo von Stillfried, Georg Grebe, Joseph Rotter, Wilhelm Briede, Adolf Schott, Dr. Friedrich Geisse, Wilhelm Einfalt, Hermann Francke, Max Günther, Karl Scheuch, Gustav Keller, Heinrich Braemer, Wilhelm Döblin, Johann Otto, Karl Winckel, Eduard Hiltmann, Ludwig Amthauer, Justus Kerst, Hermann Holmberg, August Lorentz, Daniel Stange, Heinrich Battesch, Karl Schurt, Wilhelm Fehring, Ferdinand Kurth, Gerhard Hansen, Johann Baumgärtner, Heinrich Goecke, Robert Francke, Dr. Franz Fonck, David Hörz, Karl Preusse, Heinrich Osterhold, Gustav Kurre, Friedrich Francke, Johann Heck, Matthias Doggenweiler, Daniel Reppin, August Hoffmann, Jakob Bräuning,  Ferdinand Schliebener, Franz Stockenbrandt, Konrad Sprenger, Michael Haberkorn, Jakob Ebensperger, Karl Biebrach, Ferdinand Lühring, Franz Hahn, August Dieckmann y Christian Winkler, quienes reunieron $ 9,40 para continuar con este proyecto.
Los fundadores elaboraron con esa misma fecha los estatutos que aún rigen al Club. Entre los puntos más destacados de los estatutos de 1860 cabe mencionar los siguientes: se funda el Club con los miembros asistentes y pueden pertenecer a él todos los alemanes residentes en el territorio de la colonia alemana de Puerto Montt, excluyéndose aquellos que tienen problemas con la justicia. Entre los objetivos se establece que el Club pretende lograr lazos de fraternidad entre los alemanes residentes, que desde un punto de vista histórico, se encuentran en una “zona de frontera”, es decir, están colonizando, ejerciendo soberanía, produciendo económicamente y también se hace necesaria la creación de esta instancia para desarrollar una vida social armónica y estable.
Además de las actividades sociales se dejó constancia en dichos estatutos que otro de los objetivos era fomentar la ayuda mutua de sus integrantes, lo que contribuía a mantener lazos entre los inmigrantes.
Lo anterior se transcribe de los estatutos en alemán así:
“Nähere Berührung und Verbrüderung unter den hier wohnenden Deutschen hervorzurufen, gesellige Unterhaltung und geistige Erhebung zu befördern, sowie gegenseitige Hilfe und Beistand, die ein Auswanderer in so manchen Fällen nötig hat”.
Y se traduce de esta forma
“Obtener un mayor contacto y fraternidad entre los alemanes que viven aquí, para promover las relaciones sociales y la elevación espiritual, así como ayuda y asistencia mutua, que tiene un emigrante en los casos de necesidad”.
Los socios debían pagar una cuota de incorporación y una suma mensual, (un peso y cincuenta centavos, respectivamente) para cubrir los gastos del Club y otorgar los beneficios a los socios.
El Club se ha organizado desde sus inicios sobre la base de un Directorio compuesto por un Presidente, un Secretario y un Tesorero, estableciéndose claramente sus funciones. El Presidente dirige el Club, preside la Asamblea; el tesorero debe velar por recaudar los fondos y administrarlos; el secretario tiene como función registrar en actas lo tratado en las reuniones y preocuparse de la correspondencia. En esa época no sólo eran esas las labores que realizaban. El Directorio debía hacerse cargo, además, del archivo de revistas que poseía. El material impreso era muy escaso en ese tiempo y la información a la que podían tener acceso los socios debía estar ordenada y organizada. Entre las funciones del Directorio destaca la de realización de remates anuales de revistas y libros con el fin de generar fondos para adquirir nuevos ejemplares para sus socios. El Club era en aquella época un centro social, donde sus socios compartían cervezas, se realizaban fiestas, pero también tenía un carácter cultural que se evidencia a través de estas funciones del directorio.
Según los Estatutos de 1860, los cargos del directorio son anuales y los integrantes del mismo se reunían semanalmente los días miércoles y sábados. Las reuniones con todos los socios se hacían una vez al mes y a estas Asambleas Generales debían concurrir todos los socios. En ellas se proponían sugerencias de mejoramiento del Club, se analizaban las solicitudes de los nuevos socios. En las Asambleas, el Directorio debía dar cuenta cada tres meses de la situación financiera del Club.
Tenían estrictas reglas de participación en el Club, ya que debían estar al día con sus pagos de cuotas mensuales, debían poseer un comportamiento digno dentro y fuera del Club, llegando incluso a establecerse la expulsión de alguno de sus miembros, por infringir estas reglas, cuando los hechos eran calificados de graves.

La personería jurídica fue otorgada al Club Alemán el 23 de septiembre de 1902, lo que consta en el Decreto N° 3392 de ese año y se mantiene vigente a la fecha.